viernes, 23 de enero de 2009

ANDREW WYETH: Espejo y Nostalgia


















Publicado por:Gabriela Saenz


Justo hace una semana que el pintor norteamericano de 91 años, Andrew Wyeth falleciera. Su obra un legado en la más justa dimensión, a la ruralidad de su país, encabeza una de las favoritas de sus compatriotas, y una de las más representativas de la identidad del norteamericano promedio de su generación.
Su obra culmen, la famosa Cristina´s World, es una imagen sobria -aunque también cruda - pintada en 1948, en la cual se rescata la nostalgia para cernirla luego sobre el unico personaje humano presente en el lienzo, y que fué inspirado en una mujer de carne y hueso: Cristina Olson, a quien el artista conociera por medio de su mujer (Betsy James).
Cristina, efectivamente, padecía de parálisis de la cintura a los pies y se negaba a usar la silla de ruedas.
Y a partir de ella es que el personaje de Wyeth cobra vida: ¡desde el trampolín que la misma mujer real le brindase! Este encuentro sembró en la imaginación del pintor la semilla que culminó en su famosa pintura, pero es aclaración no tanto pertinente como obligada, que el realismo llevado a su máxima expresión en dicha obra, es mérito absoluto del artista: Wyeth captura la esencia de Cristina Olson y la plasma en su lienzo, bajo el auspicio cómplice de un ojo talentoso; uno que sabe extraer realidad de cualquier sueño, o bien imprimirle sueño a cualquier realidad... (¿Cual es el caso de Cristina´s World?) Y aunque poco sabemos del personaje pintado de espaldas, su personalidad, y el Anhelo presente (y que se lee con soltura en su trazo) es tan sensible, tan evidente, que toca impunemente a todo aquel que lo mire.


Más recientemente, en la década de los ochenta, Andrew dio a conocer una serie de pinturas bajo una colección que tituló Helga´s pictures inspiradas nuevamente en una mujer real: la asistente de su hermana. En la serie que reune más de ochenta trabajos, profundiza en el misterio vertido sobre el camino que inicia con Cristina. Y, en mi parecer, las pinturas de esta colección, junto al "Mundo de Cristina" son lo más íntimo y valioso del trabajo de este artista que penetra y navega en su propia pscología, para adueñarse y regalar luego, el más grande obsequio que se le puede dar a todo espectador:
la desnudéz de un instante frente a sí mismo.

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