miércoles, 30 de diciembre de 2009

UN POEMA NAHUATL



Publicado por Gabriela Saenz


Repartes tus dones,
tus alimentos, lo que da abrigo,
oh Dador de Vida!
Nadie dice, estando a tu lado,
que viva en la indigencia.
Hay un brotar de piedras preciosas,
hay un florecer de plumas de quetzal,
son acaso de tu corazon, Dador de Vida?
Nadie dice, estando a tu lado,
que viva en la indigencia.


An ca moneyocol, ticmana,
motzacune
in Ipalnemoani:
Ayac zan quitoa monahuac
icnopillotica tontlatlanilo.
Chalchiuhitzmolintoc
on quetzalcuepontoc
ach in moyollo ipanelmoa?
Ayac zan quitoa monahuac,
icnopillotica tontlatlanilo.


Forjadores de Cantos, <cuicapique>, con rostros y nombres conocidos.
La Tinta Negra y Roja. Miguel Leon Portilla.
Antologia de Poesia Nahuatl.


Del libro más reciente del historiador Miguel León-Portilla, La Tinta Negra y Roja: antología de poesía náhuatl, coeditado por Era-El Colegio Nacional-Círculo de Lectores, que incluye ilustraciones del pintor y escultor Vicente Rojo. Con autorización de los editores, La Jornada publicó un fragmento de la introducción

Como en los códices o libros de los antiguos mexicanos, con sus pinturas y escritura jeroglífica, también en éste conviven poemas de aquellos antiguos dueños de la palabra, con las policromías de un moderno pintor, maestro de la tinta negra y roja.

Los dueños de la palabra fueron hombres y mujeres de lengua náhuatl o mexicana. Entre ellos estuvieron hace muchos siglos quienes edificaron Teotihuacan, la Ciudad de los Dioses, y más tarde Tula, metrópoli de los toltecas. También la hablaron los aztecas o mexicas en la urbe de Tenochtitlan, señora de la región de los lagos en el gran Valle de México. Y la tuvieron asimismo como materna otros muchos en distintos lugares de lo que hoy se conoce como Mesoamérica. Abarca ella el centro y sur de México, así como Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y regiones cercanas de Costa Rica.

El náhuatl no es una lengua muerta. Hoy se escucha en no pocos lugares en tierras mexicanas y aun fuera de ellas. Son cerca de dos millones de personas quienes la mantienen viva y, entre ellas algunas la cultivan para crear la que se conoce como Yancuic tlahtolli, la “Nueva palabra”.

Consta, además, gracias a la arqueología, los códices indígenas y otros manuscritos sobrevivientes, que en náhuatl se escribieron textos con una rica temática: composiciones poéticas con connotaciones religiosas, líricas, guerreras, y aun eróticas. Se conservan también relatos legendarios acerca de los orígenes divinos, cósmicos y humanos. Y los hay asimismo de contenido histórico o didáctico, no pocos de ellos portadores de lo que fue la arraigada sabiduría de los pueblos nahuas.

Pero antes de esclarecer cómo dichas expresiones han llegado hasta nosotros, interesa comentar por qué buen número de esas composiciones en náhuatl con su traducción al castellano se presentan bajo el título de La Tinta Negra y Roja.

Son estas palabras traducción de tlilli, tlapalli, cuyo significado esclarece un antiguo texto. Es éste una exhortación a un joven estudiante (Códice florentino. VI, f. 180 r.-v.):


Xicmocuitlahui in tlilli, in

tlapalli,

in amoxtli, in tlahcuilolli,

intloc, innahuac ximocalaqui

in yolizmatqui, in tlamatini.

Cuida de la tinta negra y roja,

los libros, las pinturas,

colócate junto y al lado,

del que es prudente, del que

es sabio.

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