Publicado por: Gabriela Saenz
Alvaro Valverde el poeta español (Plasencia,1959) ha publicado ya bajo el sello de Editorial Tusquets el poemario "Desde Afuera". Seguramente un libro de colecciòn.
Como poeta, Valverde es autor, entre otros, de los libros, Las aguas detenidas (1998), Una oculta razón (Premio Loewe, 1991), Ensayando círculos (1995) y Mecánica terrestre (2002). Sus poemas están traducidos a varios idiomas y su nombre figura en algunas de las más prestigiosas antologías de la nueva poesía española. También ha publicado El lector invisible (2001), una colección de artículos periodísticos, y el libro de viajes Lejos de aquí (2004). Su primera novela, Las murallas del mundo (2000), fue finalista de los premios Café Gijón y Tigre Juan, así como Premio Extremadura a la Creación a la mejor obra literaria de un autor extremeño.
Y Sobre un tema Romàntico(Una Oculta Razòn,2002) puedo decir sin dudar, que desborda de esa nostalgia que adolecemos -todos sin posibilidad de escape- cuando al volver la vista atràs, descubrimos que algunas cosas nos acompañan todavìa, pero que hemos perdido otras en el camino; irremediablemente: Nostalgia (y de la buena, y de la fuerte, y de la que se llora -aunque no se llore) de èsa mesa y de èsa silla que compartieron con su bondad èse (aquel, algùn) momento. De las manos que reposaron sobre ellas.
Nota: De nuevo me disculpo por los acentos. Aun trabajo en otra estaciòn.Sobre un tema Romàntico.-Poema. (De "Una Oculta Razòn")
Cada día visitaba la casa.
Las palabras dispuestas,
la estancia en la penumbra
de las horas más cómplices,
ambos sentados en el corazón de la noche
desvelando al unísono
la dudosa frontera de la luz y la sombra.
Fuera, el verano encendía la isla.
Los ecos llegaban apagados y oscuros
como nos llega aquello que sabemos cercano
y, además, conocemos.
Leíamos de nuevo -renovando aquel rito-
la vida imaginada que enfrentábamos juntos,
la común experiencia: nuestros viejos deseos,
las lecturas amadas, los paisajes que fueron
nuestra propia mirada,
lo que perteneciéndo nos era revés y causa,
el final y el principio.
Vivir era más fácil parecía sencillo.
Nos bastaba sentir nuestra voz encendida
y la muda presencia de las altas estrellas.
Al alba, de regreso, cada cual conservaba
la secreta esperanza de iniciar nuevamente
el texto abandonado, el libro perseguido,
por siempre inalcanzable.
"A punto de publicar un nuevo libro, me veo simple y sencillamente en activo, lo que no es poco. Esta es una carrera de fondo en la que no cuentan los momentos puntuales sino el recorrido completo. No en vano, a uno le va la vida en ello. Me parece que la mirada del poeta observa, al mismo tiempo, lo de fuera y lo de dentro, como dos partes de una misma, ineludible realidad.
Es verdad que el lugar que uno ha elegido para fundar su particular territorio se puede convertir en un referente tranquilizador. De ahí que lo espacial haya pesado tanto en la poesía que he escrito.En este caso, Plasencia, mi ciudad natal, y sus alrededores (valles como los del Jerte y el Ambroz y comarcas como La Vera) conforman el núcleo de ese territorio donde he venido estableciendo el «privado paisaje de mis experiencias», que diría Caballero Bonald.
El ejercicio poético es un ejercicio de memoria y de mirada, fundamentalmente. Valente afirmaba que el poeta se constituye en torno a dos reinos: el de la memoria y el de la visión. De ahí que el memorable verso de Gimferrer, «Si pierdo la memoria, qué pureza», me haya parecido, desde que lo leí la primera vez, paradójico. «Mi tema es la memoria», dice un personaje de Retorno a Brideshead, la novela de Waugh."
Es verdad que el lugar que uno ha elegido para fundar su particular territorio se puede convertir en un referente tranquilizador. De ahí que lo espacial haya pesado tanto en la poesía que he escrito.En este caso, Plasencia, mi ciudad natal, y sus alrededores (valles como los del Jerte y el Ambroz y comarcas como La Vera) conforman el núcleo de ese territorio donde he venido estableciendo el «privado paisaje de mis experiencias», que diría Caballero Bonald.
El ejercicio poético es un ejercicio de memoria y de mirada, fundamentalmente. Valente afirmaba que el poeta se constituye en torno a dos reinos: el de la memoria y el de la visión. De ahí que el memorable verso de Gimferrer, «Si pierdo la memoria, qué pureza», me haya parecido, desde que lo leí la primera vez, paradójico. «Mi tema es la memoria», dice un personaje de Retorno a Brideshead, la novela de Waugh."
"Soy un poeta más elegiaco que hímnico, por mi carácter melancólico. Y escéptico, añado. A uno le cuesta adoptar un tono alegre y confiado. Hay, eso sí, una necesidad de recuperar lo que la mirada y la memoria se llevaron. De momento, sólo de momento. Para traerlo del recuerdo para siempre. Por otro lado, soy más solar que nocturno y la luz es para mí un símbolo esencial. De ahí mi permanente búsqueda de “claridad”, mucho más que un mero afán de simplificación."
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