Publicado por: Gabriela Sáenz
Los primeros días del mes de abril me tocó presenciar la manifestación pacifíca (pero elocuente) de grupos hindués -y simpatizantes a su causa- en dos diferentes e importantes ciudades europeas: Londres, día ocho, y Bruselas, el día 10. Luego de los eventos registrados en tierras de Sri Lanka semanas anteriores (dónde muchos de ellos conservan familiares), cientos de ciudadanos ingleses de raíces indias, así como hindués provenientes de otras ciudades de la Unión Europea, se dieron cita ante la embajada India en Inglaterra para pedir que sus líderes trabajena en la gestión del cese al fuego abierto (los manifestantes hablaban de abierto genocidio...) entre el gobierno y los grupos rebeldes del ejército de Liberación Tamil Eemal . Y los hechos registrados en aquel país no eran para menos: cientos de muertes de inocentes civiles atrapados en un frente de guerra que les impide salir del mismo. Las noticias publicadas los últimos días del mes de abril, sin embargo, demuestran un avance significativo:
"La agencia de la ONU ha anunciado el día de hoy (primero de Mayo) a través de un comunicado emitido por el ACNUR, el envio de equipos especializados a la zona de combate, para ayudar a los miles de desplazados de Sri Lanka hacia una aldea del distrito de Mannar, en el eje de los enfrentamientos entre gobierno y las fuerzas del Ejército de Liberación del Tamil Eemal..."
Y esto ha provocado que relacione el resultado de tales acciones con el artículo que sobre la apatía escribí hace unos días, y al cual, la joven escritora Xitlally Rivero me contestó con una bella carta que les compartiré, más adelante, en este espacio (pues merece un artículo aparte) y me confirma que en las manos de nuestros jóvenes está el impulso que requiere nuestra maduréz para cimbrar esquemas que perecen a falta de funcionalidad, y a los que, sin embargo, seguimos sujetos por falta de desición a tomar el toro por los cuernos
¡Estamos atestiguando el milagro de la unión y de la Esperanza... !
Aún hay camino por andar, pero las vías están sembradas para el dialógo
Aunque por momentos se antoje "flojeroso", es ingrediente indispensable en este cocinar del camino de la paz y el desarrollo, la promulgación de ideas y propuestas determinadas en forma pacífica. El camino para que nuestras acciones cívicas concreten resultados y recuperar con ello, la dignidad a la que no sólo aspiramos por derecho, si no por necesidad es el camino andado con diligencia y presteza sobre las llanuras de la unidad y la manifestación... porque la persona humana está dotada de un amplio espectro de capacidad para realizar metas del más alto calibre cuando se siente abrasada por la fraternidad, por los sentimientos de pertenencia; porque la vida en comunidad es eje central y concéntrico en la realización del hombre, y de ello, con especial enfásis están la célula familiar y el círculo de amigos.
Al menos, en mi caso, el grupo reunido en aquellas ciudades en el cual predominaban los adultos jóvenes, aunado a la respuesta de una talentosa escritora y poeta, me han devuelto un atisbo de fé en aquel viejo adagio: la unión hace la fuerza.
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