miércoles, 7 de enero de 2009

CARMEN ALARDIN: Mujer de Letra.


Publicado por: Gabriela Sáenz


Esta mañana, el recuento de una mirada vivaz migró a mi memoria: el rostro de Carmen Alardín; la mujer poeta, la poeta y Mujer de las letras.
Tamaulipeca cimbrada por las tierras que cobijan de igual modo los bosques voluptuosos de su Sierra Madre, que las arenas de su costa dorada, Carmen Alardín es el espejo del temple de la tierra norteña; de la voz que a versos hace guerra presente -y abiertamente declarada- a la impotencia que causa el silencio en los labios de un poeta de fondo; uno de los que de a deveras vive lo que piensa y siembra lo que desea cosechar.
A esta mujer tuve la suerte de conocerla hace mas de veinte años; aunque brevemente. La impresión que sus ojos y su sonrisa infligieron en mi, fueron memorables: sus ojos vibrantes como su palabra y su casa en García, me refirieron en todo momento con su sombra de perenne alegría, a las manos que, cuidadosas, emergían en el detalle de una flor aquí y una maceta de barro por allá... de sus muebles, sus pinturas y sus libros, por doquier. Y yo, como era de esperarse, no dije mucho... me sentí pequeña ante la fuerza de la pasión, madura ya, de la poeta que se sabe y se ha asumido como tal, desde siempre. Recuerdo que hablamos de mi trabajo apenas incipiente, Carmen sólo me miró. Y eso bastó.
Ahora entiendo que el poeta y, más bien dicho, todo artista, se hace sobre la marcha; se tuesta a sol de destajo y se prueba sobre su obra. Guardé, como es de esperarse, el retrato vivo de ese momento, sin saber bien si habría de volver un día para decirme algo más... y me lo ha dicho esta mañana, en un susurro de viento. (Me guardo la confidencia).
Pero como expuse antes, lo más imporatnte de un artista no es su persona (misteriosa y rica, ó austera y sobria) si no su obra. Me remito a que la palabra del trabajo de Alardín tome su justo sitio.
¡En hora buena !


Nuevo puerto.
Nada de nuevo al mar podemos darle

que los restos de todos los naufragios.
Su lindero infernal nada permite.

Bajo el secreto de las viejas algas.

Todo se ha dicho ya,
todo han callado muy a tiempo las brisas,
las arenas.

Nada nuevo al amor han de brindarle
nuestros nombres grabados bajo el sol.

Todo se amó y lloró,

pero los barcos saludan siempre como nuevo al puerto.


Biografía:

Nació el 5 de julio de 1933 en Tampico, Tamaulipas. Actualmente reside en Monterrey. Poeta. Licenciada en letras alemanas por la UNAM (1976) y maestra en letras mexicanas (1987). Entre sus publicaciones destacan: Pórtico labriego (1951), Celda de viento (1953), Después del sueño (1957), Todo se deja así (1960), No puede detener los elefantes (1964), Canto para un amor sin fe (1971), Entreacto (1981), La violencia del otoñoLa libertad inútil.
En 1984 recibió el Premio Nacional de Poesía Xavier Villaurrutia. En 1991, la UNAM dio a conocer una selección de su obra poética en un disco de la colección Voz viva de México.
Recientemente, en un homenaje celebrado con motivo de sus 55 años de labor poética, afirmó que escribe porque le es imprescindible y de que así debe ser para cualquier autor: "Sentir que si no se escribe se muere o estalla, aunque los poemas sirven para nada, se disfrutan y punto, lo que sí sirve es la palabra:"

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