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Lugar: CINTERMEX
FECHA: 14 de Octubre
Hora: 19.30 horas
Sala: 103
(EXTRACTO)
Penosa muerte
penoso olvido:
el viento y su quejumbre se ha llevado el perfume
de mirra del santo que adoramos un día
Trasquilo mi melancolía con rastrillos
de leche y miel de abeja
de Linares
No me cabe en el sudario de los dientes
una vida marchita
que sangra lágrimas de chocolate
empacadas al vacío:
recuerdos de arrebatos que no hubo,
de insolutos jadeos que no tuve…
Te has muerto,
y lo has hecho una vez más
sin mí.
Sin que me requirieras
para la festiva ocasión.
Trasquilo mis pesares
en el pesado hollín de la rabia
alquilada
¡No es posible!
No es posible sostener la vigilia de una urdimbre que me mantiene en vilo de sus labios y su aliento: debo dar vuelta a ésta página. Dar sepultura a los muertos es siempre lo conveniente.
Has muerto:
Debo verter sobre tu cabello lacio los últimos (o los primeros) puñados de tierra; dejar que el polvo cubra la zanja que abrió por la tarde el sepulturero afanoso y, contemplar entre oraciones, como el pasto juega a hacer una alfombra verde sobre ese suelo fúnebre.
Dejarte morir de una vez como lo hacen ellas, las Otras: con sus llantos y sus vestidos rasgados.
Esas Vírgenes de papel maché, acartonadas y frías
Las otras
Las otras Vírgenes bendecidas
por tu ausencia
Pongo sombra azul rey sobre mis párpados entumecidos que remato con delineador negro y rímel engrosador de pestañas: estoy lista y me veo bien.
Estoy lista para decirte adiós.
Estar rota es un suspiro que aprieta,
un aliento amargo y rojizo.
Sólo viento del Desierto,
caricia traslúcida.
Estar rota
es estar viva
Estoy viva
y nada me consuela por ello.
Morir resulta ser sueño
en donde sólo
tus ojos
reinan
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