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domingo, 9 de marzo de 2008

"El Color como Provocador..."


Publicado por: Gabriela Saenz
BlueMountain _ Vasily Kandinsky (extracto)

Entrando en el juego seductor que nos hace presa frente a un Kandinsky, no me es extraño concebir el estupor que debió causar su Blue Mountain en el año de 1908, cuando fue creado. La textura revierte y revira sobre sí una amplia amalgama de expresiones coloridas y coloristas, que juegan abiertamente con una especie de lujuria visual resultado de esta aventura. Así, el espectador permanece suspenso y cautivo (y seguramente sin palabra) frente a este derroche virtuoso de sencilla alegría, en donde el campo lejos de ser parte de la campiña geográfica de alguna tierra que nos sea conocida, nos traslada al país lejano de lo incierto, en donde los olores perfuman amaneceres de matices amarillos entremezclados con magentas y violetas que iluminan un cielo estrujado, trasfondo que perfila la montaña azul y señorial que gobierna a discreción desde el centro de la obra.

La figura femenina es apenas un susurro subliminal que nos invita a trepar por los horizontes de sus ribetes, a conquistar los empinados anocheceres de sus senos blanquecinos. Mujer-dama que sensual prefigura en su contorno, el ocio y haber del hombre _hombre de todo tiempo_ siempre ávido del espectro femenino, y quien tras dar por terminada la jornada que lo separa de su amada, se dispone a recorrer la distancia habida entre este camino polvoriento y casi tortuoso, y los pliegues tendidos de su falda.

El cobijo allí tendrá entonces su fuensanta en lo mas profundo del abrazo húmedo que nos da la tierra, tibia y redonda, voluminosa cual cadera que resguarda la matríz, corona de flores, de versos y besos; como aquellos que que le regalara su madre hace ya tantos años, cuando el era solo un crío que mamaba la leche agridulce de este cuerpo siempre pródigo (porque el cuerpo de la mujer es ante todo eso, pródigo)






Gabriela Sáenz
San Pedro Garza García