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lunes, 12 de mayo de 2008

Cien años de Soledad





Publicado por: Gabriela Saenz


..." como si el suelo que él pisara con sus finas botas de charol en otro lugar del mundo, le transmitieran a ella el peso y la temperatura de su sangre en un sabor mineral que dejaba un áspero rescoldo en la boca y un sedimento de paz en el corazón..."
Gabriel García Márquez
Cien Años de Soledad


Cien años de Soledad (1967) es una novela total, en la línea de esas creaciones demencialmente ambiciosas que compiten con la realidad real de igual a igual, enfrentándole una imagen de una vitalidad y complejidad equivalentes. Esta totalidad se manifiesta ante todo en la naturaleza plural de la novela, que es, simultaneamente, cosas que se creían antinómicas: tradicional y moderna, localista y universal, imaginaria y realista. Otra expresión de esa totalidad es su accesibilidad ilimitada, su facultad de estar al alcance con premios distintos pero abundantes para cada cual, del lector inteligente y del imbécil, del refinado que paladea la prosa, contempla la arquitectura y descifra los símbolos de una ficción, y del impaciente que solo atiende al a anécdota cruda. El genio literario de nuestro tiempo suele ser hérmetico, minoritario y agobiante. Cien Años de Soledad es uno de esos raros casos de obra literaria mayor contemporánea que todos pueden entender y gozar..." Mario Vargas Llosa

De las novelas del Colombiano y Nóbel destacan además: La hojarasca (1955); El coronel no tiene quien le escriba (1961); La mala hora (1962); Los funerales de la mamá grande (1962); La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y de su abuela desalmada (1972); y El otoño del patriarca (1975).

En las décadas de los 80 y 90 publicó "Crónica de una muerte anunciada" (1981); "El amor en los tiempos del cólera" (1985), llevada al cine recientemente y protagonizada por Javier Bardem aunque durante años se había mostrado reticente a llevar su obra a la gran pantalla.

Sus últimas obras son: Vivir para contarla (2002) y "Memorias de mis putas tristes" (2004). Desde entonces no escribe, según declaró excepcionalmente a La Vanguardia en enero del 2006, aunque espera ( igual que nosotros) que su parón creativo no sea definitivo.



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