Publicado por: Gabriela Sáenz
XIV (fragmento)
Oh Maya ardiente,
polvo serán
como mis huesos
los hilos de tu urdimbre:
deseos que quejan al corazón,
palabras que arrullan,
miradas,
polvo todo.
Aparejos al viento
que en galope tendido salta,
pierde sus lindes
en vuelo silencioso.
Sacude con manos astilladas
tus lienzos vivos.
XV
Todo anticipa tu regreso.
La sombra alargada de un arbusto
toma tu forma,
una mariposa viene a morir
sobre tu nombre escrito en un papel.
Y en la vigilia
tan sólo al parpadear te entreveo
lleno de gloria.
Tu rostro
cerrando la puerta del paraíso.
Tu rostro deteniendo todavía en el umbral
este deseo de forma.
Cuántas aguas y sus murmullos
configuran tus ojos-
cuánto fuego,
tu pelo encrespado de asceta errante.
Tu presencia
detiene de la forma el salto hacia el abismo.
Enjaula el corazón.
Pierden proporción los pensamientos,
pierden todo poder,
se confina su vuelo a los mismos rincones.
Cuando no existes
el pensamiento abarca el universo.
¿Y dónde el valor
para cerrar los ojos atu belleza?
XXV. MEMORIA DE ANTAR (fragmento)
Tu aroma entre las flores.
El día rozando nuestras cabezas,
transidas de luz,
transverberadas.
Rayos de sol filtrados por finísimas aberturas
tocando exactamente tu entrecejo,
mi corazón.
Yo sentía en cada poro tu menor pensamiento-
cómo Eso nos colmaba, cómo nos desbordábamos,
cómo llenábamos todo.
¿Qué estaba dentro o fuera?
¿Existía esa luz dentro de nuestros cuerpos, ó estos,
envolturas opacas, se hallaban en la luz, inadvertidos,
mínimos?
¿Qué estaba dentro o fuera?
¿Qué cosa no lo estaba?
La luz, masa compacta de la cual emergían
nuestros cuerpos, a la cual volvían.
Y cada cosa era un resplandor vibrando apenas,
ondulando en la luz.
¿Y esto ya sucedió y es un recuerdo, o es algo que vendrá?
¿O está ocurriendo ahora en otro espacio?
¿Y que hay después?
¿Habrá después? ¿Habrá salida de esta luz sin puertas?
Y si esto es sólo un sueño, oh mi amor, ¿lo iremos recogiendo
como araña que devora su propio hilo, hasta bajar a esa
orilla donde ni antes ni después podrán juntarse
ahora?
Elsa Cross, nació en 1946 en la ciudad de México, recibió instrucción literaria en el taller de Juan José Arreola. Cuenta con más de veinte libros publicados y es egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Durante su estancia en la India -a principios de la década del ’80- Cross estudió Filosofía Oriental y Meditación en Ganéshpuri, donde escribió “Baniano” y “Canto malabar”. Luego publicaría “El diván de Antar” (Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1989) del cual he tomado los fragmentos que presento en este artículo. “Cuaderno de Amorgós”, publicado por Ediciones Aldus en 2007, recibió el premio Xavier Villaurrutia en la edición del mismo año. Otros reconocimientos que ha obtenido esta destaca poeta son el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines en 1992, por su libro “Moira”, y el Premio de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe también en el 2007.
Como atinadamente reseña Gloria Gervitz: “La poesía de Elsa Cross transcurre en otra densidad, bajo otro sol, lejos del tráfico y de la prisa. Tiene la persistencia del mar golpeando desde siempre las mismas rocas, la textura de la arena, la inagotable paciencia del viento…”
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