Lo más Nuevo en EspacioAbierto/Gabriela Sáenz

EspacioAbierto/Gabriela Sáenz

martes, 11 de marzo de 2008

Del Amor cotidiano de Sabines




LOS AMOROSOS





" Digo que no puede decirse el amor./ El amor se come como un pan, / se muerde como un labio, /se bebe como un manatial...."











Los amorosos callan. _Porque imposible es describir el gozo, el dolor que cargan_
El amor es el silencio más fino,el más tembloroso, el más insoportable. Duele como una espada, pesa como la cruz…
Los amorosos buscan,los amorosos son los que abandonan, (Siempre)
son los que cambian, los que olvidan. (Acaso fuese posible…)

Su corazón les dice que nunca han de encontrar, (Ellos lo saben…)
no encuentran, buscan. Buscan, buscan, buscan…!
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato, _Sin que lo sepan los otros_
llorando porque no salvan al amor. Porque se mueren con él, igual que se les muere el alma… Les preocupa el amor.

Los amorososviven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo, siempre, hacia alguna parte. (Sin saber cómo cuándo ni dónde, solo qué partir y mutarse es necesario)
Esperan, no esperan nada, pero esperan. _ Porque esperar es su contraparte _
Saben que nunca han de encontrar. _Lo Saben…_

El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro. Hasta alcanzar la muerte
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan también como serpientes
para asfixiarlos.

Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos, a cazar fantasmas. Sus fantasmas…
Se ríen de las gentes que lo saben todo, Porque intuyen que eso es imposible y necedad creerlo de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua, y sus cristales, sus espejos y las manos del otro…
a tatuar el humo, a no irse. A jugar con el fuego _irremediable_
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse. Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación. (Por eso buscan)

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla, Sin corazón, acaso sin pulmones…
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida, pero tampoco olvidada…
y se van llorando, llorando, la hermosa vida.








Siempre gozo la lectura de Jaime Sabines es misterio: profunda y simple, pura. Su poesía es un bálsamo lejano de estereotipos, plagado de carne, de aire ¡ siempre viva! Con un balance preciso entre la magia necesaria para crear un sueño y el gris apocado que nos otorga el realismo del smog y la vida citadina, Sabines posee un instinto claro que conduce al lector al desgarro, al sórdido oasis que puede a veces resultar de la existencia misma.