El origen de la Poesía

Publicado por: Gabriela Saenz

Mucho se ha dicho tratando de desantrañar el origen inefable y antiguo de la poética: algunos se manifestaron en favor de que la poesía procede de un halo de aliento divino, inspiratorio y exclusivo de unos cuantos seres iluminados _casi angeles_ que toca el corazón o los oídos ( o ambos); otros más dicen que es resultado de un ejercicio disciplinado de factores que se pueden adquirir en las aulas, en talleres, incluso a través de la lectura de los versos de otros autores.

Yo me inclino a pensar que en el caso de la Poesía y de la Música el don efectivamente proviene de un rincon del alma al que solo se accede y del que no puede manipularse absolutamente nada: la esencia del ser. Sin embargo, también avalo que es posible _ y meritorio_ desarrollar técnicas y experimentar incluso con estilos y otros tecnicismos a través de cualquier recurso disponible. Lo anterior situa mi opinión en un justo medio muy cómodo, por eso mismo y sin afán de defender mi postura ( ¿Acaso fuese necesario ante un "adversario" inexistente y silencioso la mayor parte de las veces...?) comparto a continuación con ustedes algunas reflexiones en las que éstos hombres y mujeres (reconocidos por su excelso trabajo y pensamiento) se han manifestado a sí mismos, declarando con el aplomo que les da saberse Poetas _y asumirse como tales_ la procedencia de su saber, de su inspiración, de su verso...!

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“Ideas sobre la Poesía… Muchas y muy vagas y sutiles. Pero no las poseo, me poseen ellas. Nada puedo decir sobre eso que, para mí, cae dentro de lo indefinible, mejor: de lo inefable…”
Antonio Machado

“Por hoy para mí, la poesía no es más que un sistema iluminado de señales. Hogueras que encendemos aquí abajo, entre tinieblas encontradas, para que alguien nos vea, para que no nos olviden.” León Felipe

“La poesía no es Algebra, es Aritmética, aritmética pura. El Algebra es la filosofía: Creer lo que no vimos, eso dicen que es la Fe. Crear lo que nunca veremos, esto es la POESIA…” Gerardo Diego

“Está tan unida a tanto misterio, que, por desconocida nunca me había parado a pensar lo que es, sólo a sentirla…” Josefina De La Torre

“La poesía existe o no existe, eso es todo. La poesía se expresa sola; si no, no se explica. La Poesía es una aventura hacia lo absoluto, se llega más o menos cerca, se recorre más o menos camino, eso es todo; pero no quiere decir con esto que la poesía no sabe lo que quiere, toda poesía sabe más o menos lo que quiere, pero no sabe tanto lo que se hace. Hay que contar, en poesía más que en nada, con esa fuerza latente y misteriosa, acumulada debajo de la palabra, contenida pero explosiva. Hay que contar sobretodo, con esa forma superior de interpretación que es la Malentendu”. Pedro Salinas

“La Poesía es un fervor y una claridad. Un fervor, un deseo íntimo y profundo de unión con la gran entraña del mundo y su causa primera. Y una claridad por la que el mundo mismo es comprendido de un modo intenso y no usual. Este fervor procede del fondo más oscuro de nuestra existencia. El impulso poético, por su origen y su dirección, no está muy lejano del religioso y del erótico: con ellos se asocia frecuentemente.
Poeta es el ser humano dotado en grado eminente de este fervor y esta claridad y de una feliz capacidad de expresión. Poema es un nexo entre dos misterios: el del poeta y el del lector.
El objeto del poema no puede ser la expresión de la realidad inmediata y superficial, sino de la realidad iluminada por la claridad fervorosa de la Poesía: realidad profunda, oculta normalmente en la vida, no intuíble, sino por medio de la facultad poética, y no expresable por nuestro pensamiento lógico.
Históricamente se da con mucha frecuencia el “falso poema” expresión lógica de la realidad superficial, y a veces tienen un valor retórico, pero solamente retórico.
Es en el verdadero poeta quién, excitado por algún objeto de la realidad, se produce una conmoción de elementos de su profunda conciencia. Entonces siente el deseo de la creación artística: fijar aquel momento suyo y hacerlo perenne. Resuelve en palabras los elementos, eliminando los menos significativos, y los enlaza por un número mayor o menor de elementos lógicos y no poéticos… ¡El poema ha sido creado! Y ahora su virtualidad consiste en provocar en el lector una conmoción de elementos de conciencia profunda de igual _o al menos semejante_ que fue el punto de partida de la creación; hacer que el hombre volandero se abstraiga un momento en la velocidad de su camino, hacerle comprender bellamente el mundo, comprenderse a sí mismo, comprenderlo todo…” Alonso Dámaso

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¿Será posible que encontremos respuesta a los más antiguos interrogantes sobre nuestra existencia, sobre nuestra naturaleza (divina o no divina, humana, tirana libre o condenada...)? ¿Será posible descifrar sus perfumes de misterio por el camino tortuoso de la inteligencia y la razón? ó deberemos aventurarnos con franca osadía a "borderear" los límites conocidos de lo sensible, de lo natural (¿Qué es lo natural después de todo?...) de lo infrahumano, de lo doloroso, de lo no tan bello, de lo no tan claro, de lo no tan asequible, usando los artilugios siempre renovados tanto como milenarios del ejercicio poético...?

Bendición ó Condena, ¿Cuál es tu apuesta?